Venezolanos: Costumbres que tendrán que cambiar al emigrar a Madrid

Lectura obligada para los venezolanos: Costumbres que tendrán que cambiar al emigrar a Madrid

Cuando un venezolano coge un avión y llega a Madrid con el propósito de emigrar, son muchos los cambios a los que tiene que enfrentarse desde los primeros días.

Cosas que los venezolanos suelen cambiar cuando emigran a Madrid_ (1)

Algunas veces se da cuenta de inmediato del cambio de paradigma que se está llevando a cabo de forma muy activa en su subconsciente. Sin embargo, en muchas otras ocasiones el cambio es tan silente que no lo percibe hasta que es demasiado tarde, cuando ya tiene largo rato poniéndolo en práctica.

Estas son algunas cosas que los venezolanos suelen cambiar (o a las que tienen que adaptarse) cuando emigran a Madrid:

1. Se «madruga» a las 8:00 de la mañana

Se acabaron aquellos tiempos en los que tenías que despertarte a las cinco de la mañana para ir a cualquier sitio. Ni hablar de madrugar para tomarte una muestra para un examen de laboratorio o llegar puntual a un curso. La verdad es que, en Madrid, antes de las 8:00 de la mañana prácticamente todo está cerrado. Así que es normal que comiences a despertarte cada vez más tarde y, como dicen por aquí, “¡no pasa nada!”

2. La siesta no es tan mala como creías

Si pensabas que los españoles eran flojos por hacer «siesta» probablemente no estabas entendiendo bien cómo funcionan las cosas aquí. Resulta que irse a casa a las 2:00 de la tarde para volver al trabajo a las 5:00 no es tan malo como podías pensar. De hecho, puede ser hasta bien sabroso ya que retomas fuerzas y trabajas con más ganas hasta casi las 9:00 pm, cuando muchos negocios continúan abiertos en su horario regular.

Además, por alguna razón que desconocemos, a medida que el invierno se va a acercando, el clima hace que la tradicional siesta se vaya haciendo cada vez más apetecible; así que si aún te resistes a dormir un ratito a eso de las 4:00 pm, deberías hacer la prueba; y ¡verás que reconfortante puede ser!

3. El indicador del clima del móvil ya no está de adorno

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El pronóstico del clima en Venezuela muchas veces fue motivo de chistes; bien sea porque los meteorólogos «no pegaban una» o porque el indicador del teléfono señalaba todo el año prácticamente la misma temperatura.

Sin embargo, en Madrid, esta herramienta es súper importante y hay que tomar previsiones a diario en cuanto a la vestimenta antes de salir de casa, bien sea por el calor del verano, el frío del invierno, o las variables del otoño a lo largo de cada día.

Si vamos a tener una temperatura de 15 grados y se nos ocurre salir con una chaqueta de invierno, nos derretiremos de calor; pero si la previsión es de 1 grado y salimos en camiseta, pues ¡a congelarse!

4. El espacio personal ¡se respeta!

En Madrid la gente no suele andar pegada de ti, a menos que sean pareja romántica. Los manoseos, agarraderas, abrazos y tocaderas cuando están hablando, caen mal. La gente tiene su espacio personal y las demostraciones de afecto muy entusiastas, las que estamos acostumbrados los venezolanos, no son muy bien vistas aquí.

Así que recuerda tus dos besitos a cada lado de la cara para saludar y ya, no inventes más. Respeta el espacio de los demás.

Igual, en Madrid la gente parece muy seria cuando no te conoce, pero si sabes cómo ganarte su confianza, son demasiado amables y chéveres.

5. La hora de la comida (almuerzo) es sagrada

Una de las cosas que más nos pega a los venezolanos, además del cambio de horario con seis horas de diferencia; es el cambio de horario para vivir ya que aquí todo comienza a eso de las nueve de la mañana, cierran a las dos, tienen tres horas para almorzar, vuelven a abrir a las cinco y cierran a eso de las siete u ocho (incluso hasta las 10:00 pm en algunos casos).

Por lo tanto, entre 2:00 y 5:00 de la tarde todo está cerrado, así que olvídate de ir a comprar alguna cosa en ese horario a menos que vayas a una gran superficie como El Corte Inglés o Primark, porque de resto, no conseguirás nada abierto.

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6. Aprendes a usar palabras que en Venezuela te convertirían en blanco de burlas eternas

En Madrid, y probablemente en toda España, no se dice “agarrar” ni “tomar”, ya que la palabra aquí para esas cosas es “coger”, por ejemplo, “cogiste el bus” en vez de “agarraste el bus” o “tomaste el bus”, y se aplica para todo, en todos los contextos.

Lo mismo pasa con la palabra “tirar”. Aquí no es “hale y empuje” sino “tire y empuje”, o sea que en Madrid tu no halas, sino que tiras, porque aquí “Hala” es un eufemismo regional utilizado para dar ánimos o darle fuerza a una frase.

La verdad es que no conocemos un equivalente venezolano del “Hala” madrileño, pero se usa en casos como, por ejemplo: “Hala hombre, que aproveche”, “Hala, que bien ha quedado esa tortilla”, “Hala, hasta mañana”, y cosas parecidas.

También hay cosas que en Venezuela serían impensables, como por ejemplo la marca de pescados enlatados marca “CUCA”, el hecho de que en televisión digan groserías sin ningún problema a cualquier hora, o que los shots de bebidas en los bares se llamen “chupitos”.

7. La cultura de “brindar” se parece mucho a la de Venezuela, pero…

En Madrid, si está un grupo de amigos en un bar, es posible que ocurra algo similar a como lo hacíamos en Venezuela. Es decir, cada quién brinda una ronda, así nadie se siente “pichirre” y todos están a gusto al hacer algo por los demás. Pero una costumbre que nos puede parecer “novedosa” es cuando uno de los miembros del grupo que está tomando copas se tiene que ir temprano y, antes de partir, paga la cuenta del resto de sus compañeros.

En otras partes de España, por ejemplo, en Cataluña, la costumbre es un poco diferente. Allí, cada quien se paga lo suyo. De todos modos, ten en cuenta que no todo el mundo es igual, así que no des por hecho que tu amigo español te va a brindar todo el tiempo, especialmente si tu no le brindas. Las cosas son dando y dando.

8. Te acostumbras a escuchar múltiples idiomas en las calles

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Al ser una ciudad multicultural y con muchísimo turismo e inmigración, en Madrid es posible escuchar multitud de idiomas en cualquier parte a cualquier hora sin importar si estás caminando, en bus, en el metro o en un bar.

Escuchas desde diferentes variaciones del castellano, con vocablos catalanes, andaluces, gallegos, madrileños, como acentos que vienen de ultramar, entre ellos venezolano, colombiano, argentino, peruano, boliviano, mexicano, o inglés, francés, portugués, árabe, también lenguas africanas y asiáticas (chino, coreano, japónes), y muy comúnmente también están los idiomas del norte y este de Europa, sueco, alemán, rumano, ruso, ucraniano, entre otros.

Así que ya sabes, si te vienes a Madrid, hay muchas cosas que serán diferentes a lo que conoces, pero sin lugar a dudas vivir esta experiencia ¡valen la pena!, por todo lo que aprenderás y descubrirás de esta maravillosa ciudad.

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